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Jueves, 26 de mayo de 2011   |  Número 33
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actualidad
SE PUBLICARÁN EN AGOSTO, EN EL CONGRESO EUROPEO DE CARDIOLOGÍA DE PARÍS
Las futuras guías de angina crónica estable incorporan los nuevos antianginosos
También potencian la prevención secundaria, según González Juanatey, jefe de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago

Eva Fariña. Vigo Madrid
José Ramón González Juanatey ha participado en el Congreso de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (SEMG), celebrado recientemente en Vigo, donde ha adelantado a Publicación Médica de Cardiología que “las futuras guías de angina crónica estable de la Sociedad Europea de Cardiología van a contemplar la incorporación de los nuevos antianginosos, fundamentalmente la ivabradina y la ranolazina, en la integración terapéutica global, en asociación con betabloqueantes y con los antianginosos clásicos”. El doctor González Juanatey prevé que estos cambios se produzcan en el Congreso Europeo de Cardiología que se celebrará el próximo mes de agosto en París.

José Ramón González Juanatey.

El director del Área Cardiovascular y jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago ha explicado que los nuevos documentos “van a potenciar, sobre todo, el papel de la prevención secundaria, es decir, el cambio en los estilos de vida, así como el papel de los antiagregantes, de los betabloqueantes y de las estatinas”. “Además, las nuevas guías de lípidos, que las sociedades europeas van a publicar en agosto, pretenden lograr un control más estricto del LDL. La ATP4 va a cambiar seguramente el objetivo en diabéticos, a menos de 70, y también se va a cambiar ya en cardiopatía isquémica crónica, como estos pacientes, a objetivos más estrictos de LDL”, ha añadido.

González Juanatey ha intercambiado impresiones con los profesionales de Atención Primaria respecto a la cardiopatía isquémica y el tratamiento de la angina estable. “Antes pensábamos que esta forma de enfermedad coronaria iba a desaparecer, sobre todo con la revascularización percutánea o quirúrgica, pero en muchos pacientes no es posible”. La angina de estable es una manifestación clínica de la cardiopatía isquémica, que hace que el paciente consulte frecuentemente a su médico de Atención Primaria, por lo que éste debe conocer perfectamente los síntomas para su diagnóstico, y, sobre todo, debe estar preparado para el seguimiento de estos pacientes y debe conocer los medicamentos necesarios. “Es el médico de Familia el que debe controlar los objetivos terapéuticos y al paciente, por tanto, la medicina de Primaria en la Cardiología es básica”, ha añadido.

Este especialista está convencido de que “la práctica totalidad” de los médicos de Atención Primaria están preparados para reconocer los síntomas del síndrome coronario agudo, la sospecha del infarto de miocardio o el reconocimiento de la angina de reposo. En su opinión, también habría que informar a la población para que sepa reconocer el dolor torácico que sugiere un síndrome coronario agudo, ya que su correcto y rápido manejo es básico para la supervivencia del paciente.

En cuanto a la relación entre el especialista y el médico de AP, González Juanatey ha explicado el programa de cardiólogo-consultor puesto en marcha en el Área Cardiovascular del Clínico de Santiago: “Cada médico de Atención Primaria tiene un cardiólogo-consultor, al que puede consultar sus dudas durante una hora, de 9 a 10 de la mañana, a través del teléfono, el correo electrónico o el fax. El facultativo tiene el compromiso de consultar con el especialista sus casos, antes de derivar a un paciente crónico al hospital. Con esta iniciativa hemos conseguido reducir en seis meses un 20 por ciento las derivaciones. Tal vez no es mucho, pero Cardiología de Santiago recibe de AP aproximadamente 5.000 primeras consultas al año”.

González Juanatey también ha expuesto la posibilidad de que los profesionales de Cardiología pasen consulta directamente en los centros de salud, y ha explicado que este modelo ya se ha puesto en marcha en el Clínico de Santiago: “Los especialistas nos hemos reunido con los médicos de Atención Primaria de nuestra área, en concreto, los coordinadores de los centros de salud, y ellos nos presentaron el modelo que consideraron más adecuado. El acuerdo ha sido sencillísimo, puesto que el cardiólogo-consultor va a los grandes centros de salud una vez cada quince días, y allí los médicos de Atención Primaria de ese y otros centros le presentan sus dudas. Nuestra propuesta es que pasemos consulta de Cardiología en el centro de salud, una vez al mes, por ejemplo”.

Una inconveniencia, a su juicio, se produce a la hora de practicar las pruebas: “Nosotros hacemos acto único, es decir, el cardiólogo que ve al paciente tiene que hacer las pruebas de esfuerzo, el holter y el ecocardiograma. Trasladar la tecnología al centro de salud es un problema, pero sí vamos a seguir acudiendo a los centros de salud, sobre todo para evitar derivaciones innecesarias”.
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